Siglos más tarde, en 1085, cuando el rey Alfonso VI reconquistó Madrid, se organizó un cortejo para
celebrar la victoria, con él a la cabeza. Al llegar junto a la muralla de la
ciudad, parte del armazón de piedras de la pared se derrumbó dejando al descubierto el lugar donde
la imagen de la Virgen había sido escondida. La tradición cuenta que la
imagen de la Virgen estaba flanqueada por dos cirios encendidos. Eso ocurrió el 9 de noviembre del
año 1085.
LA IMAGEN TALLADA
El tallado actual de la Virgen de la Almudena es de madera de pino, en dorado y policromado. En él
se muestra a María sosteniendo al Niño en sus brazos. Esta imagen probablemente
fue elaborada a finales del siglo XV o principios del XVI; sustituyó a la escultura anterior
mencionada en las crónicas. Es posible también que esta última haya
reemplazado a otra anterior que se habría quemado en tiempos del rey Enrique IV (1425-1474).
Hay constancia de que la imagen de la Virgen permaneció en la iglesia de Santa María desde 1626
hasta 1890. Ese año, el entonces Obispo de Madrid, Mons. Ciriaco Sánchez,
dispuso que la imagen de la patrona de Madrid no sea revestida, como era la costumbre, para no
estropear su hermoso tallado. De hecho, fue este prelado quien mandó
restaurar la imagen, que estaba muy dañada, quedando tal y como luce en el presente, en el altar
dedicado a Ella en la catedral de la Almudena.
LA PROCESIÓN
La imagen que sale en procesión es una réplica exacta de la talla que, por motivos de seguridad, no
sale del templo.
En 2015, con motivo del 375 aniversario de la fundación de la Congregación de la Real Esclavitud de
Santa María la Real de la Almudena, el Cabildo Catedralicio decidió
que la Virgen de la Almudena volviera a vestirse para su salida extraordinaria, lo que se ha
mantenido hasta hoy.
Fuente: https://www.santopedia.com/
https://www.aciprensa.com/