SEÑORA Y SIERVA: HERMANAS EN CRISTO
Perpetua fue una joven perteneciente a una familia rica e influyente de Cartago; se había convertido al cristianismo gracias a la predicación de un santo diácono de nombre
Saturo. Acusada ante las autoridades imperiales de profesar el cristianismo, fue arrestada junto con su esclava Felicidad (Felícitas) y otras tres personas más, sirvientes de la
casa.
Felicidad, aún teniendo la condición de esclava, era cercana en edad a Perpetua y había entablado con ella una auténtica amistad. La conversión de su señora le abrió también
a ella las puertas del conocimiento de Cristo. A través de Perpetua, Felicidad conoció el amor de Dios y el sentido de la verdadera libertad. Las dos conversas trascendieron
las diferencias sociales y llegaron a verse como hermanas, porque eran hijas de un mismo Padre celestial.
EL MARTIRIO
Los tiempos de la acusación a Perpetua y Felicidad eran los de la persecución organizada por el emperador Septimio Severo (periodo 193 - 211). Ambas comparecieron ante
el gobernador de Cartago, amigo del padre de Perpetua. Este, en consideración a dicha amistad, intentó disuadirlas de ser cristianas y animarlas a que adorasen a los dioses
romanos.
Las mujeres se rehusaron a tales ofrecimientos y fueron condenadas a morir en el anfiteatro. Condenadas al martirio, estando en una situación de vulnerabilidad, morirían
aferradas a la Gracia divina, venciendo al dolor y la muerte.
LA PASIÓN
De acuerdo a las actas de Perpetua y Felicidad, la denominada Passio (La pasión de las mártires Perpetua y Felicidad), ambas fueron arrojadas a las fieras -un grupo numeroso
de vacas y toros salvajes- para que mueran a golpes; sin embargo, las bestias no lograron acabar con ellas.
Después, heridas y agotadas, se acercaron la una a la otra, se dieron el beso de la paz en Cristo, y fueron atadas para ser decapitadas a manos de los verdugos.
La tradición recoge una escena según la cual, Felicidad murió de un certero tajo en el cuello, mientras que Perpetua, ante el yerro del verdugo, tuvo que ser rematada en la
garganta, a pedido e indicación de ella misma. El hecho se ha convertido en símbolo de valor y entrega. El martirio tuvo lugar hacia el año 202.
¡Roguemos por todas las madres del mundo!
Fuente: https://www.santopedia.com/
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