Otras historias hablan de su amor por los animales, a quienes también curaba. De acuerdo a un antiguo relato medieval, animales enfermos o heridos se acercaban a su cueva en
el monte Argeus para que los cure. Estos, en retribución, no le hacían daño ni lo molestaban cuando oraba.
CONVOCADO AL MARTIRIO
Los días de San Blas terminaron cuando Agrícola, gobernador de Capadocia, inició una de las últimas persecuciones contra los cristianos. Cuando un grupo de sus cazadores
fue a buscar animales al bosque de Argeus para los ‘juegos de la arena’, encontraron a muchos de ellos agrupados fuera de la cueva de San Blas. El santo se encontraba orando
en ese momento y fue tomado prisionero.
Puesto en presencia de Agrícola, se le exigió con amenazas que reniegue de la fe cristiana, pero él rechazó la propuesta de plano. Inmediatamente fue encerrado en una mazmorra,
donde permaneció algunos días predicando entre los cautivos y condenados a muerte. En ese lugar, también curó enfermos y bautizó a quienes querían hacerse cristianos.
De acuerdo a las Actas de San Blas, el obispo eremita fue condenado a morir por ahogamiento pero, cuando fue arrojado a las aguas, empezó a caminar sobre estas, como alguna
vez hizo el mismo Jesucristo. Entonces fue conducido al cadalso, torturado y, finalmente, decapitado. Murió mártir el año 316 D. C, en tiempos del emperador romano Licinio.
Fuente: https://www.santopedia.com/
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