Hoy conmemoramos a San Asprenato, uno de los santos más antiguos de la región de Nápoles
y que, según la leyenda, tuvo la oportunidad de conocer a San Pedro, del que se dice
que incluso llegó a catequizarlo y bautizarlo.
De la vida de este santo se conocen pocos detalles, sin embargo, se dice que vivió entre finales
del siglo I y principios
del siglo II, justo la época en la que se estima que nació la Iglesia napolitana, siendo el
nombre de Asprenato
uno de los más populares en la República y los primeros compases del Imperio Romano, durante los
mandatos de
los emperadores Trajano y a Adriano.
LA LEYENDA DE ASPRENATO
Como se ha indicado, de su vida se conoce poco, pero una leyenda habla sobre cómo se convirtió
al catolicismo. En
ella se relata que San Pedro, en su camino hacia Roma, pasó por Nápoles, donde se encontró con
una mujer mayor
enferma (que se cree que pudiera tratarse de Santa Cándida La Anciana) la cual prometió al
fundador de la Iglesia
que si conseguía que la sanara se convertiría al catolicismo. Este accedió e intercedió para que
el milagro se cumpliera.
La leyenda dice que también lo hizo por Asprenato, que se encontraba enfermo desde hacía tiempo,
a petición
de la anciana. San Pedro accedió y ayudó a que el hombre sanara, siendo más tarde bautizado por
él. Cuando
el apóstol decidió retomar su viaje a Roma, consagró a Asprenato como obispo, el cual hizo
construir el oratorio de
Santa María del Principio y fundó la Iglesia de San Pedro en Aram, consiguiendo interceder en la
consecución de
varios milagros.
De san Asprenato se sabe que vivió entre finales
del siglo I y principios del siglo II.