«En efecto, el Apóstol le encargó misiones importantes y vio en él una especie de alter ego, como lo demuestra el gran elogio que hace de él en la carta a los Filipenses. "A nadie
tengo de tan iguales sentimientos (isópsychon) que se preocupe sinceramente de vuestros intereses" (Flp 2, 20)». El término isópsychon sugiere también la idea de “identificados
espiritualmente", y podría traducirse sin problemas de esa manera.
Hoy, parte de las reliquias de Timoteo reposan en Italia, en la Catedral de Termoli, a donde fueron llevadas en el año 1239, procedentes de Constantinopla.
TITO, A QUIEN SAN PABLO LLAMÓ "COMPAÑERO Y COLABORADOR" (2 CO 8, 23)
Por su parte, Tito, cuyo nombre intitula otra de las epístolas paulinas, acompañó al Apóstol y a Bernabé durante el Concilio de Jerusalén. Tito, curiosamente de nombre latino,
fue de origen griego y, en consecuencia, pagano.
Después de haber predicado al lado de Pablo en varias ciudades, este lo consagró obispo de la isla de Creta.
Al tiempo, Pablo le escribe al nuevo obispo atestiguando la verdad e importancia de la enseñanza de Cristo recibida de los Apóstoles, asunto no prescindible, sino absolutamente
necesario para la salvación: “Es cierta esta afirmación, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios traten de sobresalir en la práctica de las buenas
obras. Esto es bueno y provechoso para los hombres” (Tito 3, 8).
En la actualidad, en Gortina (Creta) se conservan las ruinas de una basílica dedicada a San Tito. En la capital de la isla del Mediterráneo, Heraclión, hay una iglesia bajo la advocación
del santo, en la que se preservan sus reliquias desde 1966. Antes de ese año estuvieron en Venecia (Italia), donde tuvieron que ser trasladadas en tiempos en los que Creta
cayó bajo dominio turco.
FESTIVIDAD COMÚN: HERMANOS EN EL APOSTOLADO
En 1969 se produjo la reforma del calendario de los santos (lo que habitualmente se denomina ‘santoral’) por mandato del Papa San Pablo VI. Antes de la reforma, la fiesta de
San Tito se celebraba el 25 de febrero, pero luego pasó a celebrarse el 26 de enero, el mismo día que San Timoteo, el otro discípulo y amigo cercano de San Pablo.
¿Por qué ese cambio encierra un detalle hermoso que solo puede venir de Dios? En primer lugar, Pablo, siendo ‘apóstol de apóstoles’, no acaparó ni centralizó todo el trabajo pastoral
en sí mismo. Supo elegir colaboradores honestos y delegar correctamente en pos del cumplimiento de su misión. Finalmente, habrá que reconocerle siempre a Timoteo y
a Tito su gran disponibilidad (¡Cuán mezquinos somos a veces los hijos de la Iglesia!). Siguieron a Pablo en periplos de altísima exigencia, y lo representaron ante muchas comunidades,
incluso, en esas ocasiones en las que los recibieron con hostilidad.
¡San Tito y San Timoteo, rogad por nosotros!
Fuente: https://www.santopedia.com/
https://www.aciprensa.com/