VIDA ACTIVA Y VIDA CONTEMPLATIVA EN EQUILIBRIO
Una de las grandes dificultades que sufren muchos hombres de Dios es conciliar la vida del estudio y la meditación (contemplación), con la vida apostólica o del ejercicio de la
caridad (acción). El Papa Emérito Benedicto XVI, en una de sus catequesis, recuerda las palabras de San Isidoro:
«Quienes tratan de lograr el descanso de la contemplación deben entrenarse antes en el estadio de la vida activa; así, liberados de los residuos del pecado, serán capaces de presentar
el corazón puro que permite ver a Dios» (Differentiarum Lib. II, 34, 133: PL 83, col 91 A).
El Papa Emérito comenta a continuación: «Su realismo [el de San Isidoro] de auténtico pastor lo convenció del peligro que corren los fieles de limitarse a ser hombres de una
sola dimensión. Por eso, añade: "El camino intermedio, compuesto por ambas formas de vida, resulta normalmente el más útil para resolver esas tensiones, que con frecuencia
se agudizan si se elige un solo tipo de vida; en cambio, se suavizan mejor alternando las dos formas" (o.c., 134: ib., col 91 B)».
La búsqueda de este equilibrio fue motivación constante para San Isidoro. Por un lado, su amor a los pobres era inmenso, como quedó siempre patente a través de las ayudas
que llegaban a sus manos, limosnas que conseguía y distribuía entre los necesitados. Por otro lado, se preocupó mucho de la formación del clero, y promovió la construcción de
una escuela para preparar a los futuros sacerdotes -un anticipo de lo que siglos más tarde serían los seminarios-.
EL ÚLTIMO DE LOS PADRES ANTIGUOS
Decía San Ildefonso que "la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su
sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas".
De todas las ciencias, la que más le agradaba y recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió vastos comentarios sobre la misma. Escribió varios libros, entre ellos
la célebre "Etimologías", que se considera como el primer diccionario hecho en Europa. También -en atención al momento político que le tocó vivir- redactó una "Historia de
los visigodos" y algunas biografías de personajes ilustres. Por eso, muchos historiadores y teólogos consideran al santo como un puente entre la Edad Antigua y la Edad Media,
en virtud a la capacidad de aglutinar las riquezas del pasado y comunicarlas a las generaciones siguientes.
San Isidoro fue la figura principal del Concilio de Toledo (año 633), del que surgieron los principios canónicos rectores de la Iglesia de España, y que contribuyeron fuertemente
a la formación del país. Recordaba Benedicto XVI: “Pocos años después de su muerte, que tuvo lugar en el año 636, el concilio de Toledo, del año 653, lo definió: «Ilustre maestro
de nuestra época y gloria de la Iglesia católica»”.
San Isidoro de Sevilla murió el 4 de abril del año 636, a los 80 años. Fue declarado Doctor de la Iglesia el 25 de abril de 1722 por el Papa Inocencio XIII.
Fuente:https://www.santopedia.com/
https://www.aciprensa.com/