En Córdoba, en la región española de Andalucía, conmemoración del beato Álvaro de Zamora,
presbítero de la Orden de Predicadores, que se hizo célebre por su modo de predicar y contemplar
la Pasión del Señor (c. 1430).
Álvaro de Córdoba, el beato, nació a mediados del siglo XIV, en Zamora (1360?) y murió en Córdoba el año 1430.
Perteneció a la noble familia Cardona.
Entró en el convento dominico de S. Pedro en Córdoba, en el año 1368. Fue un famoso y ardiente predicador, y con
su ejemplo y sus obras, contribuyó a la reforma de la Orden, iniciada por el Beato Raimundo de Capua y sus discípulos.
Después de volver de una peregrinación a Tierra Santa, quedó impactado en el corazón por el doloroso Camino del
Calvario, recorrido por nuestro Salvador.
Deseoso de vivir una existencia en soledad y perfección, donde poder templar el espíritu para un apostolado más
provechoso, con el favor del rey D. Juan II de Castilla, del que era su confesor, pudo fundar a tres millas de Córdoba
el famoso y observante convento de Sto. Domingo Escalaceli (Escalera del Cielo), donde había varios oratorios que
reproducían la “vía dolorosa”, por él venerada en Jerusalén. Esta sagrada representación fue imitada en otros conventos,
dando origen a la devoción tan bella del “Vía Crucis”, apreciadísima en la piedad cristiana.
De noche, se retiraba a una gruta distante del convento donde, a imitación de su Sto. Padre Domingo, oraba y se flagelaba. Con el tiempo, ésta se convirtió en meta de peregrinaciones
para los fieles. Poseía el don de profecía y obró milagros.
Murió el 19 de febrero de 1430 y fue sepultado en su convento.
Nombre:
Álvaro (Masculino)
Nacimiento:
El 1360 en Zamora en la actual
España
Muerte:
El 19 de febrero de 1430 en Córdoba
en la actual España
Celebración:
19 de febrero
Proceso:
Beatificado el 22 de septiembre de
1741 por el papa Benedicto XIV