En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río
Ebro cuando "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer
a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol." La Santísima Virgen, que aún
vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia,
con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta
el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión
con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio."
Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio
comenzaron inmediatamente a edificar una iglesia en aquel sitio y, con el concurso
de los conversos, la obra se puso en marcha con rapidez. Pero antes que estuviese terminada la
Iglesia, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la
misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresarse a Judea.
Esta fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.
Muchos historiadores e investigadores defienden esta tradición y aducen que hay una serie de
monumentos y testimonios que demuestran la existencia de una iglesia dedicada
a la Virgen de Zaragoza. El mas antiguo de estos testimonios es el famoso sarcófago de Santa
Engracia, que se conserva en Zaragoza desde el siglo IV, cuando la santa fue martirizada.
El sarcófago representa, en un bajo relieve, el descenso de la Virgen de los cielos para
aparecerse al Apóstol Santiago.
Asimismo, hacia el año 835, un monje de San Germán de París, llamado Almoino, redactó unos
escritos en los que habla de la Iglesia de la Virgen María de Zaragoza, "donde
había servido en el siglo III el gran mártir San Vicente", cuyos restos fueron depositados por
el obispo de Zaragoza, en la iglesia de la Virgen María. También está atestiguado
que antes de la ocupación musulmana de Zaragoza (714) había allí un templo dedicado a la Virgen.
La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla tan arraigada entre los españoles y
desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el establecimiento del Oficio del
Pilar en el que se consigna la aparición de la Virgen del Pilar como "una antigua y piadosa
creencia."
NUMEROSOS MILAGROS DE LA VIRGEN
En 1438 se escribió un Libro de milagros atribuidos a la Virgen del Pilar, que contribuyó al
fomento de la devoción hasta el punto de que, el rey Fernando el católico dijo: "creemos
que ninguno de los católicos de occidente ignora que en la ciudad de Zaragoza hay un templo de
admirable devoción sagrada y antiquísima, dedicado a la Sta.y Purísima
Virgen y Madre de Dios, Sta. María del Pilar, que resplandece con innumerables y continuos
milagros."
El Gran milagro del Cojo de Calanda (1640) Se trata de un hombre a quien le amputaron una
pierna. Un día años mas tarde, mientras soñaba que visitaba la basílica de la Virgen
del Pilar, la pierna volvió a su sitio. Era la misma pierna que había perdido. Miles de personas
fueron testigos y en la pared derecha de la basílica hay un cuadro recordando este
milagro.
El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la
Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y entre los
pueblos sujetos al rey católico, se celebraba la dicha de haber tenido a la Madre de Dios en su
región, cuando todavía vivía en carne mortal.
Tres rasgos peculiares que caracterizan a la Virgen del Pilar y la distinguen de las otras:
1- Se trata de una venida extraordinaria de la Virgen durante su vida mortal. A diferencia de
las otras apariciones la Virgen viene cuando todavía vive en Palestina: ¨Con ninguna
nación hizo cosa semejante", cantará con razón la liturgia del 2 de enero, fiesta de la Venida
de la Virgen.
2- La Columna o Pilar que la misma Señora trajo para que, sobre él se construyera la primera
capilla que, de hecho, sería el primer Templo Mariano de toda la Cristiandad.
3- La vinculación de la tradición pilarista con la tradición jacobea (del Santuario de Santiago
de Compostela). Por ello, Zaragoza y Compostela, el Pilar y Santiago, han constituido
dos ejes fundamentales, en torno a los cuales ha girado durante siglos la espiritualidad de la
patria española.
SIMBOLISMO DEL PILAR
El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la
columna-confianza en la protección de María.
La columna es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra, "manifestación de la potencia
de Dios en el hombre y la potencia del hombre bajo la influencia de Dios." Es
soporte de los sagrado, soporte de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, la escala de
Jacob, ha sido la mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra
y el cielo se han unido en Jesucristo.
Las columnas garantizan la solidez del edificio, sea arquitectónico o social. Quebrantarlas es
amenazar el edificio entero. La columna es la primera piedra del templo, que se
desarrolla a su alrededor; es el eje de la construcción que liga entre si los diferentes
niveles. María es también la primera piedra de la Iglesia, el templo de Dios; en torno a ella,
lo mismo que los apóstoles reunidos el día de pentecostés, va creciendo el pueblo de Dios; la fe
y la esperanza de la Virgen alientan a los cristianos en su esfuerzo por edificar
el reino de Dios.
Vemos en Éxodo 13, 21-22, que una columna de fuego por la noche acompañaba al pueblo de Israel
peregrino en el desierto, dirigiendo su itinerario.
En la Virgen del Pilar el pueblo ve simbolizada "la presencia de Dios, una presencia activa que,
guía al pueblo de elegido a través de las emboscadas de la ruta."
LITURGIA EUCARISTICA DEL PILAR
Los textos utilizados son: en la primera lectura, 1 Crónicas 15, donde se recuerda a la Virgen
simbolizada por el arca de la alianza, la presencia de Dios en medio de su pueblo,
a través de María, lo cual es gozo para la Iglesia. La segunda lectura (He 1, 12-14) y el
evangelio (Lc. 11, 272-28) nos hablan también de la presencia de la Virgen en la iglesia
y de las alabanzas que el pueblo le tributa. El prefacio celebra las maravillas que Dios ha
realizado en María, "esperanza de los fieles y gozo de todo nuestro pueblo." Durante
la oración colecta se pide por intercesión de la Virgen "fortaleza en la fe, seguridad en la
esperanza y constancia en el amor", así como en la oración de las ofrendas, donde se
muestra el deseo de "permanecer firmes en la fe."
Antífona de entrada: se piensa en la Virgen como "la columna que guiaba y sostenía día y noche
al pueblo en el desierto", y en el salmo responsorial se recuerda "el Señor me
ha coronado, sobre la columna me ha exaltado."
En el aleluya: "afianzó mis pies sobre la roca y me puso en la boca una cántico nuevo."
Domina en la liturgia la idea de la presencia de María en la Iglesia y de la firmeza que su
intercesión y su devoción procura al pueblo de Dios.
El día 12 de octubre de 1492, precisamente cuando las tres carabelas de Cristóbal Colon
avistaban las desconocidas tierras de América, al otro lado del Atlántico, los devotos de
la Virgen del Pilar cantaban alabanzas a la Madre de Dios en su santuario de Zaragoza, pues ese
mismo día, conocido hoy como el Día de la Raza, era ya el día de la Virgen del
Pilar.
Fuente: https://www.santopedia.com/