Memoria de la inhumación de san Buenaventura, obispo de Albano y doctor de la Iglesia,
celebérrimo
por su doctrina, por la santidad de su vida y por las preclaras obras que realizó en
favor de la Iglesia. Como ministro general rigió con gran prudencia la Orden de los Hermanos
Menores, siendo siempre fiel al espíritu de san Francisco y en sus numerosos escritos unió
suma erudición y piedad ardiente. Cuando estaba prestando un gran servicio al II Concilio
Ecuménico de Lyon, mereció pasar a la visión beatífica de Dios.
Después de tomar el hábito en la orden seráfica, estudió en la Universidad de París, bajo la
dirección del maestro
inglés Alejandro de Hales. De 1248 a 1257, enseñó en esta universidad teología y Sagrada
Escritura. A su genio
penetrante unía un juicio muy equilibrado, que le permitía ir al fondo de las cuestiones y dejar
de lado lo superfluo
para discernir todo lo esencial y poner al descubierto los sofismas de las opiniones er óneas.
El santo se distinguió
en filosofía y teología escolásticas.
El santo no veía en sí más que faltas e imperfecciones y, por humildad, se abstenía algunas
veces de recibir la comunión,
por más que su alma ansiaba acercarse a la fuente de gracia. Pero un milagro de Dios permitió a
San Buenaventura
superar tales escrúpulos.
Durante los años que pasó en París, compuso una de sus obras más conocidas, el "Comentario sobre
las Sentencias
de Pedro Lombardo", que constituye una verdadera suma de teología escolástica. Guillermo de
Saint Amour hizo
en la obra titulada "Los peligros de los últimos tiempos" un ataque directo a San Buenaventura.
Ataque que el santo
contestó con un tratado sobre la pobreza evangélica, titulado "Sobre la pobreza de Cristo". En
1257, San Buenaventura
y Santo Tomás de Aquino recibieron juntos el título de doctores. San Buenaventura escribió un
tratado "Sobre
la vida de perfección", destinado a la Beata Isabel, hermana de San Luis de Francia y a las
Clarisas Pobres del convento
de Longchamps. Otras de sus principales obras son el "Soliloquio" y el tratado "Sobre el triple
camino".
Nombre:
Buenaventura (Masculino)
Nacimiento:
El 1221 en Bagnorea en la actual Italia
Muerte:
El 15 de julio de 1274 en Lyon en la
actual Francia
Celebración:
15 de julio
Proceso:
Canonizado el 14 de abril de 1482 por
el papa Sixto IV
En 1257, Buenaventura fue elegido superior general de los frailes Menores. No había cumplido aún los
36 años y la orden estaba desgarrada por la división entre los que predicaban
una severidad inflexible y los que pedían que se mitigase la regla original. El joven superior
general escribió una carta a todos los provinciales para exigirles la perfecta
observancia de la regla y la reforma de los relajados. El primero de los cinco capítulos generales
que presidió San Buenaventura, se reunió en Narbona en 1260. Ahí presentó
una serie de declaraciones de las reglas que fueron adoptadas y ejercieron gran influencia sobre la
vida de la orden. San Buenaventura empezó a escribir la vida de San Francisco
de Asís.
El santo gobernó la orden de San Francisco durante 17 años, y por eso se le llama el segundo
fundador. En 1265, el Papa Clemente IV trató de nombrar a San Buenaventura arzobispo
de York, a la muerte de Godofredo de Ludham , pero el santo consiguió disuadir de ello al Pontífice.
Sin embargo, al año siguiente, el Beato Gregorio X le nombró cardenal
obispo de Albano, ordenándole aceptar el cargo por obediencia. Se le encomendó la preparación de los
temas que se iban a tratar en el Concilio ecuménico de Lyon, acerca de
la unión de los griegos ortodoxos.
San Buenaventura se caracterizaba por la sencillez, la humildad y la caridad. Mereció el título de
"Doctor Seráfico" por las virtudes angélicas que realzaban su saber. Fue canonizado
en 1482 y declarado Doctor de la Iglesia en 1588.